domingo, 19 de agosto de 2018

MADRID

Por primera vez
Madrid parecía pequeño a su lado,
a ella se le quedaba pequeño,
se hizo su dueña
y la ciudad cayó a sus pies.
Verla pasear por Gran Vía
era como escarbar con los pies
la arena de la playa.
Todo se paraba 
si ella quería hacerse una foto
igual que los escaparates de las tiendas
la miraban a ella
y no al revés.
Fue fascinante 
ver como el metro de la línea tres
le abría las puertas a ella
como si fuera un honor que ella entrara,
como si fuera a sacarle una alfombra roja
porque sus pies no deberían pisar cualquier suelo.
Ella lo sabía,
nos gustaba.
Se os habrían empañado los ojos,
o torcido el cuello,
si hubiérais visto esas caderas desfilar por Cibeles,
o esa sonrisa que hacía que Sol dejara de brillar.
Y aún sabiendo que Madrid era todo suyo,
llegaba a casa,
y se desnudaba para mí.

domingo, 22 de julio de 2018

BESOS

Hay muchos tipos de besos;
hay besos que paran trenes
o al menos lo intentan,
hay besos de buenos días
y días de menos besos,
hay besos con prisa
por volver o por quedarte,
hay besos que son caricias en la frente
o cosquillas en los brazos,
hay besos de dormir descalzos
y besos que dan vértigo,
hay besos que enlazan y besos que desatan,
hay besos que dejarían a un poeta sin argumentos,
y besos deshechos que se los ha llevado el mar,
hay besos que son tan despacio
como la calma que precede al silencio,
y besos con ganas de comerse el mundo
o de hacer rafting por tu ombligo y comerte el coño,
-es lo mismo-,
hay besos que son miedo,
y besos que te dejan el cuello de la sudadera dado de sí.

Hay muchos tipos de besos,
pero desde ti
los besos ya no son besos,

desde ti
los besos
son magia.

sábado, 30 de junio de 2018

EH, IDIOTA

Soy idiota,
segunda parte.
Soy idiota,
miradme,
sábado (bueno domingo ya) 03:25 de la mañana,
todo el mundo de fiesta, 
y yo diciéndole a la chica que me gusta
que soy idiota.
No os voy a hablar de mí, pero un poco sí,
soy idiota al 200%,
si hubiera un campeonato de idiotas lo ganaría, os lo aseguro,
y lo soy porque a tres meses de cumplir 21 años 
aún no he sido capaz de valorar lo que tengo
y lo relativamente sencillo que es perder lo que más quieres.
Ni siquiera estoy escribiendo esto a modo de poema,
sino a modo de curarme,
así que mi vida,
mi amor,
cuando leas esto,
te voy a pedir una cosa,

seamos idiotas
como tú y yo sabemos,
como a ti y a mí nos gusta,
como nadie más,
hasta que el resto se muera de rabia,
de envidia,
de celos,
o de lo pesados que somos,
me da igual,

seamos tan idiotas como para cuidarnos siempre,
para que no falten besos en casa,
para que sepamos pedir perdón
y sepamos perdonar,
seamos idiotas como para discutir por tonterías
como la cantidad de mcbites que vamos a pedir,
o quién quiere más a quién.
Seamos idiotas,
por favor,
casémonos,
incluso multipliquémonos,
no voy a ser tan idiota de hacer eso si no es contigo.

Me da igual cómo,
me da igual cuánto,
idiotas,
juntos,
siempre.
Por favor.

viernes, 8 de junio de 2018

30+1 CARTAS DE AMOR

Chico de las fotos;
no me acuerdo de cómo te llamas, pero en las fotos de bebé parecíamos muy enamorados.
Antón;
empezamos a salir en primaria y aún no lo hemos dejado.
Rubén 1;
nos dimos un beso jugando a la botella y pensé que me gustabas, pero en verdad eras feo.
Unai;
fuiste la perfecta definición de lo que no debe ser un amor de verano. Siento que estés en la cárcel.
Alejandro;
fue una gran semana.
Santi;
¿sabes cuándo quieres un juguete de un escaparate, pero cuando lo tienes ya no te hace gracia?
Mateo;
desde el primer momento recé para que no fueras tú el que se metiera a cura.
Berto;
eres la cara que se me pasa por la cabeza al pensar en la palabra crush (y aún no sé si lo eres más tú o tu hermano).
Cla;
habrías sido el novio perfecto, si me hubieras gustado un poco por lo menos.
Rubén 2;
me gustaba tu sonrisa, pero yo tenía 14 años y tú 18. Estuvo feo.
Manu;
en verdad nunca te vi como nada más que un amigo, pero siempre pensé que acabaríamos casándonos de tanto vernos.
Gonzalo;
me volvías loca, pero no valías la pena.
Christian;
es difícil encontrar a un chico tan bueno como tú.
Cla;
siento haberme liado contigo y fingido estar enferma para irme.
Pablo;
eres gilipollas.
Bruno;
te juro que por un par de horas pensé que me gustabas eh, pero no.
Mateo;
ninguno es como tú.
Dani;
siento haber huido de ti los últimos días del camino. Pareces un buen mal chico.
Mateo;
échale huevos, deja de marearme ya.
Dani;
perdón por habérmelo pensado tantas veces, creo que aún te quiero.
Pablo;
ya no pienso en ti, pero quería volver a decir que eres gilipollas.
Poesía;
te prometo que todavía se me ponen los pelos de punta al recordar cómo nos conocimos.
Ana;
eres mejor que la poesía.
Dani;
ha sido un buen año, de verdad. He aprendido mucho sobre lo que quiero, y es a Ana.
Ana;
he dejado a Dani, pero aún estoy enfadada contigo (no tiene nada que ver).
Joel;
intenté que me gustaras, pero eras estúpido.
Ana;
todavía tengo ganas de ti.
Uxo;
una vez me dijiste que estabas buscando a tu futura esposa. Espero que la encuentres pronto.
Ana;
tú sí que eres un buen amor de verano(s).
Anto;
me habría gustado que todo fuera diferente.
Ana;
contigo se acaban todas mis listas. O empiezan. Ya no veo la diferencia, si eres última y primera.

lunes, 4 de junio de 2018

APENDICITIS

tengo los ojos hinchados,
me duelen las manos de recordarte,
y no sé si esto es una taquicardia
o apendicitis,
pero he vuelto a escribir.
he vuelto,
sin más,
con menos talento,
sin expectativas,
y con las mismas ganas que tenía cuando empecé
de quitarme los problemas de encima escribiéndonos,
eso lo aprendí de ti.
aprendí a contarle a un papel las cosas que no debía contar a nadie,
aprendí que los peores problemas son menos malos si se pueden arrugar,
aprendí que si dos manos encajan, da igual que afuera esté lloviendo,
y aprendí que no hay nada más importante,
eso me lo enseñaste tú.
me enseñaste que hay que mirarse a los ojos,
me enseñaste a reírme hasta que falta el aire,
me enseñaste que también se puede amar mientras duermes,
y me enseñaste el significado de la palabra nosotros,
y por eso crecimos juntos.
como dos niños recién salidos del instituto,
cantando a pleno pulmón en mi coche a las 4 de la mañana,
contando los días para que sea viernes,
y durmiendo muchas menos horas de las recomendadas.

y con esto venía yo a decir
que sí,

he vuelto a escribir,
te lo debo.