Sé que nunca llegué a conocerte
pero hay verdades que hablan por si solas,
y tú cantabas
haciéndote escuchar
hasta por la más mínima presencia.
Eras esa forma en la que escribías
dormías, y vestías.
Y sé que nunca llegué a conocerte
pero sabía más de ti
que cualquier otro simple mortal.
Sé que no te conozco,
pero iluminas mi vida
haciendo que el Sol sienta envidia
y la insignificancia lo torture.
Y sé que no te conozco,
pero no quiero conocerte
porque sé tantas cosas
que lo que conozco se queda reducido a nada.
Sé que nunca seré capaz de conocerte,
pero conociéndote , sé que serías capaz
de hacer de una hoja lo más bonito del mundo,
y ojalá colgarme de tus ojos
hasta que el otoño cierre.
Aunque sé que nunca sería capaz de conocerte,
porque para conocer
primero hay que desconocer
y sólo sé que no conozco nada de lo que sé.
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