No sé dónde estoy,
nunca había estado aquí,
y ahora hasta la peor de las catástrofes me parece una estupidez.
Tú siempre has tenido excusas para buscar culpables,
y yo siempre he sido tu primera opción.
Cuando te falte el aire;
te daré espacio para que puedas respirar.
Cuando sientas miedo;
dejaré que rompas tus propios monstruos.
Repasaré tus lunares;
siempre que me lo pidas.
Mimaré hasta los milímetros que nos separan;
porque también son importantes.
Sé tu propia brújula.
Aunque creas que no;
sí.
Y cuando necesites un culpable;
estoy aquí.